Durante el año de tratamiento de estimulación ovárica con hormonas recomendadas por el obstetra, finalmente se veían algunos cambios dentro de la ovulación. El mes que salí embarazada el doctor decidió inyectarme un nuevo medicamento que sería agregado al combo de hormonas que normalmente estaba utilizando; me dijo que igual no sabría si conseguiríamos resultado, pero que en caso de no funcionar, el próximo mes haríamos una inseminación...
Era diciembre, casi Navidad y empecé a sentir molestias en el área abdominal hacia el lado derecho. Al pasar los días mi esposo me llevó una madrugada a la clínica porque el dolor iba incrementando. Resultó ser que mis ovarios recrecieron increíblemente, algo poco común, pero sí de cuidado. Lo último que pasaba por mi cabeza era que eso podía estarme causando tal molestia.
En esa oportunidad me hicieron exámenes de sangre pero, como me estaba inyectando hormonas de mujeres embarazas, posiblemente podía ser un positivo-falso. El eco no se observaba bien porque tenía líquidos que no permitían ver qué pasaba en mi útero... por lo tanto el doctor me mandó reposo absoluto y que repitiera el examen a los 5 días.
Esos 5 días rezamos muchísimo para que fuera un positivo-real, mi esposo me llevó a la clínica para hacer el nuevo examen y efectivamente era POSITIVO.
En enero fuimos a consulta ya con 3 semanas. El doctor me dijo con una sonrisa que podían ser morochos. Estábamos mi esposo, mi mamá y yo cuando me puso el gel y en lo que pasó la máquina dijo: ay, me equivoqué por uno. En ese momento pensamos y dijimos: bueno, es un bebé... cuando el doctor nos respondió, no, son 3.
Yo empecé a tener una risa nerviosa con los ojos llorosos, y le insistía al doctor que no podía jugar con eso y que era mentira. Cuando volteo a ver a mi esposo, estaba más blanco que la leche y viendo fijamente la pantalla donde aparecían los 3 circulitos que significaban todo para nosotros.
Las emociones encontradas en ese momento brotaban a flor de piel; felicidad, susto... Yo no podía creer que tenía a 3 bebés dentro de mí y por otro lado muy agradecida porque papa Dios nos había enviado 3 angelitos.
Llamamos a nuestros familiares y amigos, los hicimos partícipes desde ese momento. El doctor nos hizo siempre el hincapié que al ser un embarazo múltiple muchas cosas podían suceder en el camino, pero que con fe y cuidados, podríamos lograr traer al mundo a esas criaturas que ya estaban formadas y listas para emprender el camino de la vida...
Que linda experiencia!!! Los felicito!!
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